Ya sabéis que adoramos todo lo casero y una de mis aficiones es hacer pan. No es una tarea sencilla. De hecho, considero que para los pocos ingredientes que posee es muy fácil hacer un mal pan si no se siguen las pautas básicas pero también es cierto que la temperatura de la casa y la humedad hacen que no siempre se puedan seguir los pasos al pie de la letra.

Llevo haciendo pan más de 2 años y no soy una experta. A día de hoy he podido tirar a la basura más de 20 panes pero en el  momento en que consigues una receta con buenos resultados, disfrutas de un pan con sabor, esponjosidad y delicadeza exquisita. Nada comparable a cualquier pan de panadería precocido.

He aprendido a base de cometer errores y de leer mucho, tanto libros como blogs. Aprovecho mis viajes para adquirir nuevos libros y entre ellos está el pan y su elaboración. En una de mis visitas a Madrid compré el libro de Richard Bertinet titulado «Crujientes. Panes a los que dar un buen bocado». Debo decir que no he probado todas las recetas pero las que he realizado me han dado muy buenos resultados aunque haciendo ligeras variaciones. Una de las primeras recetas que hice fue ésta. Un pan de cerveza rubia que me dejó impresionada. Estaba cegada por la masa madre y no me centré en otros mecanismos como el poolish o prefermento. Es una pan con levadura pero en muy poca medida. El prefermento le aporta la acidez característica al pan, la miga es suave y ligera y la corteza crujiente y dorada. ¿Qué más se puede pedir?

Os dejo con la receta.

Ingredientes

Para el prefermento o poolish

125 g de cerveza rubia tibia

125 g de harina de fuerza

5 g de levadura fresca

Para el pan

el poolish o prefermento

700 g de harina panadera blanca

100 gr de harina de espelta integral

5 g de levadura fresca

500 g de agua a temperatura ambiente

20 g de sal

Preparación

La noche anterior preparamos el poolish o prefermento. Mezclamos la cerveza tibia, la harina y la levadura. Cubrimos con un papel de film transparente, lo dejamos un hora reposar y veremos que aparece algunas burbujas. Lo metemos en el frigorífico toda la noche o unas 8-10 horas para que fermente lentamente debido a las temperaturas. Si quieres realizar el pan al momento, puedes esperar unas 3 horas en verano a temperatura ambiente o unas 5 en invierno.

A la mañana siguiente, sacamos el poolish de la nevera y dejamos atemperar durante una hora. Mientras tanto, en un recipiente ponemos las harinas y el agua sin mezclar durante una hora. Así conseguiremos que el gluten se desarrolle mejor y nos facilite el amasado. Una vez pasado ese tiempo, añadimos el poolish y la levadura fresca. Amasamos en períodos de 5 minutos y descansamos 15 minutos. Tras realizar 4 amasados, incorporamos la sal. Lo realizamos en este momento porque la sal ralentiza el proceso de la levadura. Amasamos y procederemos a los plegados. En una bandeja que untaremos con aceite de oliva doblaremos la masa como un pañuelo y dejaremos reposar 30 minutos. Este proceso lo debemos hacer 3-4 veces. Pasado este tiempo, espolvoreamos harina blanca sobre nuestra mesa de trabajo y bolearemos la masa. Le daremos forma redondeada y la dejaremos levar hasta que doble su volumen en un bol enharinado.

Precalentamos el horno a 250º durante 45 minutos. Hacemos unos cortes al pan. Vaporizamos con agua las paredes del horno e introducimos el pan. Los 15 primeros minutos lo horneamos a 250º y, posteriormente, bajamos la temperatura a 220º hasta que esté dorado y al golpear su base suene a hueco.

Dejamos enfriar y ¡a disfrutar!