No soy una persona a la que le guste la comida preparada. Más bien, rehuyo de ella. En mi congelador no encontrarás croquetas congeladas, empanadillas de bonito o rollitos primavera en cajitas con su logotipo. Tengo croquetas, claro pero hechas por mí. Ahora mismo hay unas 2o de gambas y otras tantas de espinacas a la catalana. No me da pereza y las hago de la manera que me gustan. Otra de las cosas que odio son las «pastillas» de caldo. No puedo con ellas y eso que les he dado más de una oportunidad pero no hay manera. En su defecto utilizo otros remedios caseros. Aunque dará para una entrada enterita.

Que yo reniegue de los productos precocinados no quiere decir que no respete a la gente que los usa. No tengo nada en contra de ellos y, probablemente, sean muy saludables pero en mi casa no tienen cabida. Ahora bien, reconozco que hay alguien en la blogosfera que me tiene conquistada. Es, sin duda, Falsarius Chef. Es cierto que no me gusta la cocina precocinada, pero sí reconozco que se puede llegar a un término  medio. No optar por lo básico que es abrir una lata de fabada ni por lo complicado que sería hacerlo a fuego lento durante varias horas. No he hecho todas sus recetas, pero soy fan de su Tarta Thurman. Una pastel rápido de manzana que nadie diría que está hecha con natillas. Eso sí, no cualquier natilla. Es algo que Falsarius reconoce. Dentro de la cocina preparada hay mucha diferencia en la calidad por lo que siempre es mejor elegir un producto bueno para que el resultado sea el esperado.

Algo así me pasó el otro día. Encontré en el supermercado un bote de pesto de una marca italiana conocida y mi marido insitió en que los hiciera. Mi albahaca no está en su mejor momento por lo que no podía recurrir a ella para hacerlo casero y en el comercio tampoco encontré hojas frescas así que resignada, acepté su indicación. Aunque no las tenía todas conmigo.

Hoy me he decidido ante sus súplicas a prepararlos pero tras mucho leer a Falsarius Chef he creido conveniente darle un toque casero y personal. La verdad: han salido deliciosos y tan sólo en 15 minutos.

Allá va la receta.

Ingredientes

250 gr de spaghettis (yo utilizo el tamaño nº 5)

200 gr de pesto verde

1 cebolla

4 cucharadas de aceite

sal y pimienta al gusto

1 ajo

2 tomates

100 ml de vino blanco

Preparación

Ponemos agua con sal en una olla y la llevamos al fuego. Cuando comience a hervir echamos los spaguettis o cualquier otra pasta que queramos.

Cortamos finamente una cebolla junto con el ajo. En una sartén grande sofreímos con el aceite. Cuando la cebolla esté doradita, rallamos los tomates e incorporamos el vino blanco. Esperamos a que se reduzca el alcohol e incorporamos la salsa pesto.

Escurrimos la pasta y la introducimos en nuestra sartén. Mezclamos bien y servimos.

Acompáñalo con queso parmesano.

Decídete a hacerlo y verás como en poco tiempo consigues un plato excelente.