Prometí que habría una segunda entrada con más dietas y qué mejor mes que septiembre para analizarlas. ¿Cuántos de vosotros/as habéis empezado el gimnasio? Yo, estoy en ello. Llevo diciendo que iré a correr desde el día 1, han pasado 10 días y parece que no me entran aún las ganas. Pero lo haré. Ya estoy más cerca de mi propósito. Hoy he ido a un centro comercial especializado en deporte, seguro que todos sabéis cual es, y me he equipado: mancuernas, elástico, cuerda para saltar, … Sí, lo sé. ¿Para qué necesitas todo esto si sólo has dicho que irías a correr? Por la sencilla razón que me preparo para correr y dura más el calentamiento que mi carrera. A los diez minutos ya estoy de vuelta, hiperventilando, con taquicardia y roja como un tomate. Al menos cuando regrese, podré ponerme a subir pesas de 2 kilos para que aparente que he hecho algo de provecho. Ya os iré contando mis avances en este campo cuyo primer objetivo es salir a correr mañana. ¡A ver si lo cumplo!

A lo que íbamos: las dietas. El otro día una especialista me puso al corriente de la dieta del bocadillo. Si no fuese porque llevaba bata blanca y era nutricionista pensaría que era una broma. De hecho le comenté: ¿es la segunda versión de la del cucurucho? La chica se rió y me dijo: Estefanía es una dieta cierta y cómoda para los tiempos en los que estamos. Ahí ya pensé: ¿una dieta cómoda? ¿eso existe? Creo que son dos palabras que deberían estar en un diccionario de antónimos. A pesar de ello, la escuché atentamente. Te puedes zampar hasta 7 bocadillos a la semana. Eso sí, dejémoslo en pulguitas de pan, o miguitas, depende la cantidad de kilos que te sobren. No penséis que podéis meterle cualquier cosa al pan. Tenéis que eliminar el chorizo, el paté, el queso, la butifarra, el salchichón, la sobrasada,…¿y qué os queda? Pues la pechuga de pavo, el jamón de york y el jamón serrano quitándole la grasa. A siete bocadillos a la semana y los puedes rellenar de «esta amplia variedad», al cabo de un mes estarás hasta el moño y soñarás con lonchas de chorizo.

Luego tenemos la dieta ayurvédica. Yo la conozco como la dieta «Miguel Bosé». Fue el primer famoso que recuerdo que siguió al pie de la letra la dieta. Es cierto que perdió muchos kilos por lo que decidí buscar información. Ésa fue mi perdición. Los alimentos se clasifican según propiedades con nombre propio. La dieta reconoce 6 sabores: Madhura (dulce), lavana (salado), amla (ácido), tikta (amargo), katu (picante) y kasaya (astrigente). Lo que sí es cierto es que aprendes un nuevo idioma. Puede que te sirva de poco pero siempre puedes engrosar tu currículum y más en los tiempos que corren. Imaginad una entrevista de trabajo.
-¿Usted qué idiomas habla?
-Domino el inglés, francés y ayurvédico.

Seguro que tienes más opciones de quedarte con el puesto que alguien que no posea el lenguaje. Yo he decidido aprender bien el idioma y luego ya me pondré con la dieta que a la hora de comer siempre voy con prisas y voy a tener que estar consultando el diccionario a todas horas.

Otra de las dietas que me han dejado anonadada ha sido la dieta de la luna. Es bien sabido que la luna inlfuye en las embarazadas y las mareas. Hay algunos que creen que como el cuerpo humano está formado en su mayoría por agua también tiende a generar cambios en nuestro organismo. Según los entendidos, deberíamos ayunar durante 26 horas con cada cambio de fase de la luna para que nuestro cuerpo expulsase la retención de líquidos. Esta dieta, cambios sí que provoca. Especialmente en el humor. ¿Os imagináis a las 15 horas sin probar bocado? Yo me tiraría al cuello del primero que me rechistara. ¿Será de ahí que aparecieron los hombres lobo?

De tanto hablar de dietas me ha entrado hambre. Voy a ver si lleno un poco el estómago.

Seguiremos informando…