Cada día me sorprendo más cuando voy a un restaurante y observo su carta de postres. Se ha puesto de moda nombrar a un postre de chocolate con más chocolate: muerte por chocolate. ¿Será muerte por sobredosis, por indigestión o por placer? A la vista está que si tengo que elegir prefiero que sea por placer pero me gusta saber qué estoy comiendo. No es lo mismo un brownie de chocolate industrial calentado al microondas con sirope de chocolate por encima y con una bola de helado del mismo ingrediente que un pastel esponjoso, con una cobertura que se funda en la boca y con un mínimo del 70% en cacao. A cualquier cosa le pueden llamar muerte por chocolate y cuando llega el postre nos podemos morir de pena más que de placer.
Siempre he dicho que no soy amante del dulce en exceso y tampoco del chocolate pero creo que soy muy exigente en este aspecto. Si me va a engordar prefiero disfrutar de lo lindo con o que estoy comiendo. No perderé el tiempo en comerme un bollo industrial que contiene exceso de grasas, azúcares y ningún nutriente. Ahora bien, si el postre en cuestión vale la pena, no dudo en probarlo, dar mi visto bueno y saltarme la operación «quenomerocenlosmuslitos» que os comenté aquí.
Creo que me pasó algo parecido al ver esta receta de La Cocina de Babel. No sólo por la presentación, sino por la impactante imagen del interior del bizcocho. Juana lo decoró con flores silvestres y ya que mi huerto urbano está en su máximo explendor y la salvia había florecido pensé en decorarlo con algunas de ellas y ya consideré adecuado aportar un toque más con las hojas de la planta infusionándolas en la leche. Fue un gran descubrimiento. Ya me imagino la misma receta pero con menta que es más aromática si cabe o un buen té. En ocasiones tendemos a colocar aromas artificiales en repostería cuando no es necesario. Unas hojas de rosa ecológicas, menta, romero, manzanilla, té, … aromatizarán nuestros bizcochos y coberturas de forma saludable.
Os dejo con esta receta de pastel cremoso de chocolate negro y salvia.
Ingredientes
170 gr de harina
1 cucharadita de levadura química o polvo de hornear
1 cucharadita de bicarbonato
2 y 1/2 cucharadas de cacao en polvo puro
10 hojas de salvia
140 ml de leche entera
115 gr de azúcar (yo usé morena)
170 gr de Golden Syrup (Juana lo sustituyó por sirope de azúcar de Ikea pero yo usé el Golden Syrup porque le aporta un sabor a caramelo suave)
2 huevos
140 ml de aceite suave o de girasol
Para la cobertura
500 ml de nata
500 gr de chocolate 70% cacao
Preparación
Colocar en un cazo la leche y añadir las hojas de salvia. Llevar a ebullición y pasados 5 minutos retirar del fuego, colar y dejar enfriar.
Precalentar el horno a 170º
Mezclamos los huevos con el azúcar. Incorporamos el sirope.
Añadimos la leche.
Tamizamos la harina junto con la levadura, el bicarbonato y el cacao. Lo incorporamos con movimientos envolventes a la masa hasta que quede integrado todo.
Hornear hasta que al pinchar el centro salga limpio.
Para la cobertura calentamos la nata hasta que hierva y la vertemos sobre el chocolate que habremos troceado previamente.
Removemos hasta que se disuelva.
Cuando el biscocho esté frío, lo cortamos por la mitad y ponemos una capa de crema. Colocamos la otra mitad y cubrimos con el resto de la cobertura.
Dejamos enfriar y decoramos con unas flores de salvia.