Hoy voy a confesarme. No soy muy dada a ello porque me cuesta hablar de mí pero hoy os daré un ligero avance de lo que me gusta y lo que no. Adoro las redes sociales pero siempre con una finalidad. No soy de las que se pasa todo el día enganchada a un ordenador por la sencilla razón que es mi herramienta de trabajo así que me cuesta verlo como un mecanismo de diversión  y descanso. Por esta razón me gustan la redes sociales como mecanismo de comunicación. Debe ser un defecto profesional y como periodista siempre intento ver el beneficio de la tecnología aplicada a la información. A pesar de ello, debo reconocer que una de ellas me ha encandilado: Instagram.

Muchos la conoceréis y para los que no os advierto que puede ser adictiva. Es una red social basada en la publicación de una imagen con una pequeña descripción o sin ella para compartirla con tus seguidores o con la comunidad Instagram añadiendo hashtags (almohadillas delante de un ligero texto que permiten crear un espacio en el que compartir imágenes y que puso de moda Twitter). Pues bien, he conocido gente estupenda que me dan envidia cochina. Muchos de ellos se pegan unas juergas culinarias que más quisiéramos nosotros. Algunos como Juan Echanove han convertido su particular espacio de Un país para comérselo en un continuo vaivén de imágenes que harían babear a cualquiera.

Hace ya meses descubrí a Miotraella y su afán por recordarnos que los desayunos son la parte fundamental del día creando su propio #desayunodeprincesa. Con tal iniciativa, muchos hemos seguido sus andadas publicando nuestros desayunos que nada tienen que ver con los suyos en originalidad y dedicación. Pero ¿porqué dejarlos sólo en Instagram? De ahora en adelante, publicaré los desayunos que suelo llevar a cabo de vez en cuando. Nunca suelo preparar más de una tostada pero disfruto más de mis desayunos desde que les añado sabor, porque no todo debe ser margarina y mermelada de fresa.

Así nace mi #cargandopilas. Las primeras horas del día dedicadas a la cocina de forma ligera pero capaz de aportar la energía suficiente para el resto de la mañana. Siempre acompañándolo con un té verde a la vainilla sin azúcar y un chatito de zumo de naranja y zanahoria.

Aquí va el primero de muchos.

Ingredientes

1 rebanada de pan payés

1 tomate pera

1/4 de aguacate

1/4 de cebolla tierna

1/4 de pimiento verde

Queso parmesano

Aceite de oliva

Sal

Pimienta

Preparación

Picar en dados pequeños el tomate, el aguacate, la cebolla tierna y el pimiento. Aderezarlo con pimienta recién molida, sal y aceite de oliva virgen extra.

Tostar una rebanada de pan payés por ambos lados.

Sobre la tostada añadir las verduras y unos trozos de queso parmesano.

¡A disfrutar!